La criolipólisis es una técnica que elimina grasa abdominal con un aplicador de frío.
La Nación/GDA.
Sin cirugía, sin tubitos que atraviesen la piel del paciente, sin ningún tipo de elemento que invada su cuerpo. La propuesta más moderna de la medicina estética apuesta al frío para deshacerse de los rollitos rebeldes que se atrincheran en la zona abdominal y resisten el ejercicio y las dietas.
Criolipólisis es el nombre de esta nueva arma, que consiste en el enfriamiento no invasivo de las células grasas, los indeseables adipocitos. El efecto se logra por medio de un dispositivo especial que administra el frío sin afectar la piel, los músculos ni ningún otro tejido. Una vez muertas las células grasas, sólo resta esperar que el propio cuerpo se ocupe de metabolizar sus restos.
"Es un procedimiento revolucionario, totalmente ambulatorio y no invasivo, que una vez aplicado y obtenidos los beneficios no debería repetirse, ya que si uno logra destruir la grasa localizada, ésta no debería volver", dice el cirujano plástico Sergio Korzín, miembro de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora (Saper), y director de Lasermed, institución que ha puesto en funcionamiento el primer dispositivo Zeltiq llegado a la Argentina.
Es el primer y único exponente de esta tecnología de América Latina, ya que se trata de una aparatología que fue lanzada globalmente en enero y, hasta la fecha, sólo hay unos 220 equipos en operaciones en todo el mundo. Se estima que en los próximos meses otros expertos en cirugía plástica locales pondrán a funcionar tres equipos más de criolipólisis.
El dispositivo Zeltiq, desarrollado por investigadores de Harvard, en Estados Unidos, consta de un aplicador que se coloca en la zona por tratar. En la hora que dura cada sesión administra frío en forma controlada, alternándolo con ciclos de vacío y de no frío. El procedimiento no requiere anestesia ni ninguna otra preparación especial, más que armarse de paciencia para quedarse sentado o recostado durante cada una de las sesiones de frío.
Esta tecnología cuenta con el visto bueno de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), de los Estados Unidos, y de sus pares europeos, canadienses y argentinos.
Destruir y limpiar
¿Cuáles son las ventajas de este nuevo procedimiento por sobre los tratamientos existentes para combatir la adiposidad localizada? "Permite tratar la grasa sin cirugía", responde Korzín. Hasta ahora, la única manera que existía de producir una lipólisis (destrucción de las células grasas) en forma no invasiva era a través del ultrasonido, que destruye la célula grasa".
El procedimiento Zeltiq lo logra a través del frío, que se hace llegar a los depósitos de grasa que se encuentran debajo de la piel, sin dañarla. "Sabemos que a determinada temperatura, en el interior de la célula grasa, se producen cristales que llevan a la apoptosis (muerte celular programada) de la célula, seguida de su lenta disolución y de la liberación gradual de los lípidos", explica el médico Sergio Korzín.
Una vez producida la destrucción del adiposito, es el mismo organismo el que se encarga de limpiar los desechos. "La membrana celular de la célula es procesada por el sistema linfático, mientras que su contenido de ácidos grasos vuelve a la sangre. Es como si la persona hubiese comido una comida rica en grasas. Si el paciente durante la semana posterior al procedimiento se cuida, va a absorber una menor cantidad de esas grasas".
Pero, una vez fuera del adiposito, ¿la grasa no vuelve a la zona del estómago a recomponer los rollitos perdidos? "Si uno logra destruir las células grasas, no debería haber necesidad de repetir el procedimiento", comenta el médico, quien agrega que se requiere de dos a tres meses de evolución para observar los efectos del tratamiento.
Es que la criolipólisis genera un proceso inflamatorio local que ha de ser resuelto por el mismo organismo. "El paciente, luego del tratamiento, lo único que nota es que la zona tratada queda un poco dura, pero tanto el enrojecimiento de la piel en la zona tratada como el endurecimiento desaparecen enseguida", explica el cirujano plástico.
Los efectos se van viendo en forma paulatina, y a los dos o tres meses se ven realmente cuáles son sus resultados. "El 50% de los pacientes requerirá una sesión más; otro 25% requerirá dos sesiones, y un 25% ninguna más".
El costo del tratamiento oscila entre los 1.400 y 2.500 dólares por sesión, y, como suele suceder con los procedimientos estéticos, no es cubierto por obras sociales ni prepagas.
Como todo tratamiento médico, la criolipólisis tiene contraindicaciones: no puede aplicarse durante el embarazo; tampoco en tejidos con cicatrices o afecciones cutáneas, como dermatitis o eczema ni en personas con crioglobulinemia o criohemoglobinuria paroxística.
"Lo que debe quedar en claro es que no es una técnica para bajar de peso, sino para aquellas personas que han bajado de peso o que, aun estando delgadas, tienen zonas de grasa localizada que persisten a pesar de dietas y ejercicio", concluye el médico argentino Sergio Korzín. ya
La criolipólisis está recomendada para personas que, aún siendo delgadas, tienen grasa localizada a pesar de dietas y ejercicios.
La Nación/GDA..
Publicado el 28/09/2010
Fuente: Revista Ya, El Mercurio
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